Hay regresos que saben a nostalgia pura. Hoy volví a mis escritos, a ese rincón íntimo donde las ideas fluyen como un río tranquilo y las emociones se convierten en tinta.(Durante el desayuno) Y como siempre que regreso, una chispa de inspiración encendió algo en mí—una historia que ardía por ser contada.
Una mañana, entre sorbos de café y el suave resplandor del amanecer, me senté a escribir. Las palabras brotaban con una fuerza propia, como si llevaran tiempo esperando este momento para escapar de mi mente y danzar sobre la página. Era raw, era honesto, era mío. Con esa mezcla de excitación y vulnerabilidad que solo un creador entenderá, lo subí a la aplicación—mi pequeño universo de letras recién nacido.
Y entonces ocurrió: me lo quitaron.
En un primer instante, el corazón se me encogió. ¿Por qué? ¿Cómo? Recuerdo la confusión, luego la sospecha agria: ¿Me habrán robado la idea? ¿Será que no les gustó? ¿Por qué esta frialdad, este silencio digital? Mi mente tejió mil teorías, todas salpicadas de desconfianza e injusticia.
Pero con el tiempo—y un poco de calma—entendí. No era malicia. No era un robo. Era yo.
Había escrito algo para adultos, sí… pero no jugué bajo las reglas. No etiqueté, no advertí, no coloqué esa historia en el estante que le correspondía. Cada libro, cada relato, tiene su lugar. Su volumen de voz. Su advertencia. Y yo, en el arrebato de la creación, lo olvidé.
Me dolió. No solo perder el texto—que había sudado con dedicación—sino admitir que fue mi error. Que tantas horas de escritura se esfumaron porque no me detuve a pensar en el cómo además del qué.
En medio de la frustración, acudí a quien me guía en esto—mi faro en momentos de caída creativa. Y su consejo fue simple, pero revelador:
—Guarda copia de todo. Siempre. Nuestra imaginación es efímera; nuestras palabras no deberían serlo.
Y así, hoy aprendí (
Es también saber dónde y cómo dejarla sonar.
Y sobre todo, resguardar aquello que nace desde lo más hondo, porque algunas historias merecen ser contadas más de una vez.
Ahora… guardo todo.☝️ Y sigo escribiendo.🖍️
Porque las lecciones duelen, pero si no le pones saliva duele más 😵
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