Querido Diario,
Hoy quiero hablar de dos amores que comparten espacio en mi vida y, a veces, declaran una guerra sin cuartel en mi salón: mis plantas, esas pequeñas hijas verdes que cuido con esmero, y mis gatos, , el terremoto de cuatro patas que llena la casa de ronroneos (o ladridos) y travesuras.
La escena es casi una comedia: una maceta nueva, una hoja delicada, y la cola feliz de [gatitos pequeños] que se convierte en un péndulo destructor. O ese momento en que confunde la tierra fresca con el arenero más exclusivo del mundo. Al principio, me desesperaba. ¿Cómo proteger a mis pequeñas plantas sin encerrar a mi mascota en una fortaleza? Y lo más importante: ¿cómo hacerlo sin dañar su espíritu juguetón?
Porque, seamos claros, querido diario, aquí no hay villanos. Mi mascota no es "mala". Es curiosa, juguetona, y está llena de vida. Castigarla con gritos o, peor aún, con golpes, por seguir su instinto sería como regañar al sol por salir. Sería una injusticia y una muestra de mi propia incapacidad para entenderla. Si de verdad amamos a nuestras mascotas, el "castigo" no existe. Existe la redirección, la paciencia y, sobre todo, el cariño.
Así que, después de prueba, error y muchos besos reparadores, te comparto lo que ha funcionado en este pequeño ecosistema doméstico:
Estrategias de Protección con Cariño (Cero Golpes, Pura Comprensión)
1. La Barrera Creativa (y Bonita):
En lugar de gritar"¡No!", he creado pequeños escudos. Piedras grandes y lavadas en la superficie de la maceta evitan que cave. Una pequeña valla decorativa (de esas de miniatura) alrededor de las plantas más delicadas le marca el límite de forma visual, no agresiva. Es como decirle: "Hasta aquí puedes llegar, amigo", sin necesidad de alzar la voz.
2. La Distracción Estratégica:
Cuando veo que su naricita se dirige con demasiado interés hacia mi querido potus,no me acerco con el ceño fruncido. En cambio, tomo su juguete favorito y digo con voz alegre: "¡Mishy...! Mira esto, ¡mucho más divertido!". Redirigir su atención hacia algo positivo es diez veces más efectivo que un regaño. Es convertir un "no" en un "sí, pero por aquí".
3. El Rincón de "Sí Se Puede":
Le he creado un espacio solo para él.Un macetero con catnip o hierba gatera para mi gato, o una plantita robusta que pueda olfatear sin problemas mi perro. Así satisface su curiosidad de forma segura. Es como darle su propio jardín botánico, donde es bienvenido a explorar.
4. El "Castigo" que en Realidad es Amor:
¿Y si,a pesar de todo, la travesura ocurre? ¿Si encuentro un tallo mordisqueado o tierra por doquier? Aquí viene mi filosofía inquebrantable.
No hay golpes. No hay gritos aterrorizantes.
Hay un gesto firme pero amoroso.Me acerco, le digo "No" con una voz serena (no furiosa), y lo que sigue es fundamental: besos y cosquillitas. Le muestro la plantita dañada y le acaricio, le hablo. Le digo: "Esta plantita es frágil, como tú. La queremos cuidar".
¿Por qué? Porque el mensaje no debe ser "te portaste mal y por eso te lastimo". El mensaje debe ser: "confío en que puedes aprender, y te amo incluso cuando cometes un error". Un golpe solo enseña miedo. Un beso y una caricia enseñan lealtad, confianza y respeto mutuo.
Querido diario, proteger mis plantas se ha convertido en una lección más grande. Es un recordatorio diario de que el cuidado verdadero—ya sea de una planta, una mascota o una relación—nunca puede basarse en la fuerza o el daño. Se basa en la inteligencia, la creatividad y una dosis infinita de amor paciencioso.
Con cariño,
Tania
·¿Y ustedes? ¿Han tenido batallas campales entre sus mascotas y sus plantas?
¿Qué trucos han inventado?
¡Cuéntenme sus historias, me encantará leerlas!".



No hay comentarios.:
Publicar un comentario