Y finalmente se le pudo sacar a mi pequeño la radiografía de la fractura del hueso fémur y durante esos tres días previos tuve mucho miedo las peores cosas pensé dentro de mí lloré mucho y me negué a no querer hacerlo hasta que hubo un momento que entró en razón y lo llevé tuve los medios necesarios y los utilicé pero mientras esperaba que le hiciera efecto la anestesia lloré mucho en ese momento obviamente que a un veterinario o a una secretaria del lugar de la veterinaria no les va a importar nada porque ya debe ser algo común para ellos pero para mí es como casi una pesadilla ha hecho realidad porque amo mucho a mi osito de peluche es mi amigo y me ha acompañado en muchas y muchos momentos me ha enseñado también lo que es la lealtad sonreír callar el
compañerismo y verlo que se dormía por la anestesia pensaba lo peor luego de la radiografía estaba anestesiado con los ojos abiertos y lo traje a casa pero no podía dejar de esforzarse de quedarse quieto y con el paso de las horas anestesia comenzaba a desaparecer al mismo tiempo se desesperaba por caminar y se desesperó y comenzó a gritar y a llorar lo único que atiné yo es a levantarlo en mis brazos y sobarle su pecho como haciéndole entender de que estaba aquí que no tiene que tener miedo así que esta experiencia fue nueva para mí dolorosa luego me moldeó a mí y ya pasó pero no se la deseo a ninguno por más que sea una persona tengo esa sensibilidad y sentimientos que quizás otros no tienen y que a veces suman más dolores que alegría.

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